domingo, 21 de diciembre de 2008

Diciembre

Se agrieta el cielo
Y la tarde
De este lunes lleno de vientos
Colmado de frío

Se cuelan los reproches
A través de mis poros
Y me intoxico…
Ya molesta el exánime dolor
De saber que nada cambiará,
A través del tiempo.

A pesar del amor que nos tenemos.

Que tal vez nos engañamos
(a nosotros mismos)
Quizás nunca fuimos tan eternos.

Se distorsiona mi reflejo
En el fondo de tus ojos.
O tal vez,
Ya no soy lo que era.

Se quiebra mi voz
Para decirte que lamento
Las veces que no logramos entendernos.
Y que somos tan sólo una luz
Para depurar el pasado.

Y ahora,
Que me presumo inconstante
Y mi sonrisa inanimada
Vuelve a malgastarse
Intentando salvar el tiempo que queda.
Ahora que cuesta tanto reiniciarse
Sin quejas ni censuras
Que por amarte todo lo he hecho
Y por no perderte
Ya todo lo he perdido.

Se parte mi noche
Entre culpas y fracasos
Amortizando con melodías
Cada lágrima que dejo llorarte.

Sé que nada deplorará el pasado
Ni resarcirá mis errores
Que ya no habrá besos que rectifiquen
Tu piel humillada de dolencias.

Pero no te confundas,
Ni me hundas.
Cuando ya estoy sumergida en inevitables recuerdos…

Que no harán fácil el olvido.
Que sé,
No permitirán ni un día
Soportar con entereza
El dolor de tu ausencia
En mi vida.

Ya lo sé,
Te vestirás de indiferencia.
Y odiarás lo que alguna vez amaste,
Todo aquello que fuimos.
Sé que burlarás mi angustia
Con tu apatía
Y clavarás tu frialdad
En el ambiente que nos circunda.

Y ya no serás compañero
No vendrás a abolir mis penas
Con la sutil promesa de tus caricias.

Y será difícilmente soportable
El sentirte tan lejos
Teniéndote tan cerca.
Será insuperable la tortura de amarte
Sin poder revertir el daño causado,
El tiempo derrochado
Entre reproches y sentencias.

Mientras se quiebra el azul de mi cielo
Anulando la luz de todas tus estrellas.
Y mi olvido empecinado en recordarte…
Te lloro
Y te libero.
Mientras caen aturdidas
Las últimas lágrimas de nuestra historia.

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